Durante 2018 la asociación consigue poner en marcha una intervención de urgencia en el torreón y alzado oeste para evitar el desplome. Esta intervención ha conseguido estabilizar los graves daños del muro de tapial y ha frenado el deterioro de la cubierta del torreón.
La obra se realizó sobre un área muy concreta, con materiales y técnicas tradicionales compatibles con los materiales existentes durante los pasados meses de noviembre y diciembre. Los trabajos se han centrado en la cubierta y alero de la torre, así como en parte de la muralla oeste y sus tejados más próximos.
De esta manera en la intervención se priorizó el criterio de mínima intervención para reemplazar el menor número de elementos. En la cubierta del torreón se trató de manera preventiva la estructura de madera a cuatro aguas, se sustituyó el tablero de madera y las partes más deterioradas del alero por elementos de características similares para terminar retejando con tejas curvas cerámicas reutilizadas. En el muro de tapial la recomposición volumétrica ha consistido en tierra, cal y arena con elementos de unión según la profundidad del desprendimiento para rematar con un enlucido de cal semejante al existente.
También se repararon elementos como la veleta, el mástil de la propia veleta y la reja del único hueco abierto del torreón.
La dirección arqueológica de las obras fue realizada por los arqueólogos Miguel Torres, Honorio Álvarez y la restauradora Isabel Angulo. Teodoro Sánchez–Migallón ha sido el arquitecto encargado de la redacción del proyecto de restauración y la coordinación de seguridad y salud por parte del arquitecto técnico Juan Javier Aparicio. La ejecución de la obra fue llevada a cabo por la empresa Construcciones RIM.
Esta actuación ha podido llevarse a cabo gracias al apoyo económico de diferentes personas y entidades. A los 6.000 euros obtenidos gracias al concurso Semilla Soliss (Fundación Soliss), se sumaron los 13.267,65 euros de una subvención de áreas de influencia socioeconómica de Parques Nacionales de Castilla-La Mancha y la colaboración de la empresa J. García Carrión. A esto se añadió lo recaudado con la venta de la novela de José Aranda La Venta de Borondo, con la ruta de senderismo a la Motilla del Azuer, organizada por Ayuntamiento de Daimiel, sumado a las aportaciones de socios y visitantes.
Una primera actuación muy concreta pero imprescindible para el futuro del monumento.
HAN COLABORADO
Asociación Cultural Venta de Borondo y Patrimonio Manchego 